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Uso de datos para gestionar la deuda durante la pandemia de COVID-19

deuda

Será crucial, tanto para prestatarios como para acreedores, que se realicen mejoras en los datos y la recopilación de datos, la presentación de informes y el seguimiento.

Los datos sobre la deuda pública siguen siendo poco claros en algunos países; esto puede conducir a que los Gobiernos se sobreendeuden y oculten las deudas a sus ciudadanos y acreedores, al menos durante cierto tiempo (véase el ejemplo de Mozambique del capítulo 1). Esta vulnerabilidad se debe a los altos niveles de deuda (informados) de los países de ingreso bajo al comienzo de la crisis provocada por la COVID-19 y a la composición cambiante de acreedores privados e instrumentos de deuda. En 2019, casi la mitad de todos los países de ingreso bajo estaban en situación de sobreendeudamiento o tenían un alto riesgo de caer en ella. En un momento en que la pandemia conduce a la pobreza extrema a unos 150 millones de personas1, es probable que los países deban contraer considerables deudas adicionales, lo que podría provocar un importante sobreendeudamiento que llevaría años gestionar.

La proliferación de instrumentos de deuda complejos puede hacer que sea más fácil para los Gobiernos disimular su deuda. Asimismo, la composición de los acreedores está cambiando: China, el principal acreedor, aumentó su proporción del total combinado que los países elegibles en el marco de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) adeudan a los países del Grupo de los Veinte (G-20) del 38 % al 57 % entre 2013 y finales de 2019 (gráfico CD1.2.1). Estos cambios podrían crear nuevas exposiciones, especialmente en lo que respecta al acceso a deudas futuras. Mientras que la mayoría de las naciones de ingreso bajo adeudan una proporción relativamente pequeña de su deuda pública externa a acreedores privados, algunos países, incluidos Chad, Côte d’Ivoire, Santa Lucía y Zambia, adeudan hasta un 50 % o 60 % a este tipo de acreedores. La participación del sector privado para lograr una trayectoria de deuda sostenible será cada vez más importante para muchos países.

Gráfico CD1.2.1. En seis años, la composición de la deuda ha cambiado drásticamente

Deuda bilateral de los países elegibles en el marco de la DSSI: Composición de los acreedores, 2013 y 2019

Figure S1.2.1 bar chart

Source: Fuente: Datos sobre la deuda (panel), Banco Mundial, Washington, DC. Los datos del gráfico CD1.2.1 están disponibles en el catálogo de datos del Banco Mundial.

Nota: Para obtener más información, véase What Is the External Debt Reporting System (DRS)?, Banco Mundial, Washington, DC. DSSI = Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda.

En reconocimiento de la apremiante necesidad de gestionar la carga de la deuda de los países de ingreso bajo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han propuesto la DSSI.2 Como parte de la gestión de la deuda actual y futura, los Gobiernos y los asociados deberán mejorar la cobertura, la calidad, la puntualidad, la granularidad y la transparencia de los datos de la deuda3. Este esfuerzo requiere invertir en los propios datos y en los sistemas para recopilar, administrar, analizar y comunicar los datos, especialmente en los países donde los riesgos son mayores. El Banco Mundial y el FMI han ofrecido las siguientes recomendaciones al G-20:4

  • Establecer conceptos y definiciones de la deuda claros y armonizados a nivel internacional. Los Gobiernos deben adoptar normas estadísticas y de presentación de informes internacionales que definan con claridad los conceptos de la deuda. Se deben formular normas nuevas en los casos en que haya deficiencias, a fin de mejorar la granularidad de los datos sobre la deuda.
  • Fortalecer los marcos legales dentro de los países. Los marcos legales sólidos cuentan con estructuras organizativas, funciones y responsabilidades claramente definidas; suficientes mecanismos de seguimiento, auditoría y cumplimiento implementados para evitar conflictos de intereses; controles internos para garantizar el cumplimiento de las leyes, los procedimientos y las políticas, y una gestión de la deuda y otras políticas fiscales y marcos financieros bien coordinados.
  • Diseñar un sistema funcional de registro, gestión y difusión de la deuda. Se necesita un sistema sólido para facilitar la producción y el uso de datos oportunos, precisos, de alta calidad, confiables y completos. El sistema debe poder operarse con otras aplicaciones clave y protegerse mediante controles de seguridad y de protección de datos adecuados. Difundir los datos sobre la deuda abiertamente en formatos simples y fortalecer la capacidad de los sistemas para producir informes dirigidos a los prestatarios e informar las transacciones del servicio de la deuda puede facilitar el uso de los datos.
  • Mejorar la estructura organizativa. Resulta esencial contar con un compromiso de alto nivel del Gobierno y con mandatos claros.5 La coordinación eficaz y los mecanismos de rendición de cuentas pueden ayudar a corregir las funciones de gestión de la deuda fragmentadas entre distintas instituciones y entidades y a garantizar el análisis y el intercambio oportuno de datos. Las oficinas de gestión de la deuda deben tener la autoridad para recopilar datos de las empresas estatales u otras entidades públicas endeudadas.
  • Fortalecer la capacidad del personal. Se necesita personal altamente calificado con la capacidad técnica para extraer, analizar y publicar los datos de la deuda, que deberá retenerse y compensarse de manera adecuada.

Las instituciones multilaterales, como el Banco Mundial y el FMI, desempeñan un papel fundamental en la mejora de la transparencia de la deuda, mediante la ampliación de la cobertura en las bases de datos que gestionan, la provisión de asistencia técnica, la realización de evaluaciones sobre el marco de gestión de la deuda actual de un país, el diseño de normas internacionales sobre la deuda y la concientización. Los acreedores, al igual que los prestatarios, también tienen la responsabilidad de comunicar la información sobre la deuda de forma completa, precisa y transparente.

Todos estos pasos ayudarán a los acreedores a evaluar de manera exacta la sostenibilidad de la deuda de sus posibles prestatarios, a los ciudadanos a responsabilizar a sus Gobiernos por la deuda que contraen y a los prestatarios a diseñar estrategias basadas en una comprensión clara del nivel, el costo y el perfil de riesgo de su cartera de deuda. Una mayor transparencia de la deuda también ayudará a muchos países de ingreso bajo y mediano a evaluar y gestionar su deuda externa durante la crisis de la COVID-19 y después de ella, y a trabajar con los encargados de la formulación de políticas para alcanzar niveles y condiciones de deuda sostenibles.

Notes
  1. Banco Mundial (2020b).
  2. Banco Mundial (2020a).
  3. FMI y Banco Mundial (2018).
  4. Banco Mundial (2020a).
  5. Teeling (2018).
References